
Sí,
es la mujer, terriblemente bella,
envuelta en el manto del misterio.
Te siento como siempre,
un ser para ser tocado en su corazón desde el corazón,
sin pretensiones de conquista,
amada en su plena soberanía desde la propia soberanía,
para ser contemplada desde la inmensidad... en su inmensidad.
Te percibo como un ser
que puede hacer surgir y despertar... y volver a despertar...
el ave fénix en el hombre
en su vuelo a través de la trasformación
hacia lo mas grandioso...
la libertad!
Io